Este domingo 8 de mayo de 2016, se inició con una fuerte tormenta geomagnética G3 como consecuencia del movimiento de nuestro planeta Tierra a través de una región del espacio lleno de campos magnéticos de polaridad negativa.
Los cielos se volvieron de color rojo, morado y verde sobre las regiones de Escandinavia, Canadá, Antártica y en los EEUU, en más de media docena de estados.
(Fotos tomadas por Gabriel Saiquita desde la base argentina Belgrano II en la Antártica. Latitude: -77°52´29,29 – Longitud: -34°37´36,27)
Este evento fue causado por los campos magnéticos de polaridad negativa situados en el espacio alrededor de la Tierra. Los científicos llaman a este tipo de campo magnético negativo interplanetario » FMI negativo » o «sur-apuntando B-sub-z«. Tales campos se enlazan con facilidad al campo magnético de la Tierra, abriendo grietas en la magnetósfera de nuestro planeta por donde el viento solar penetra provocando espectaculares auroras como las de las fotografías.
Nuestro escudo magnético nos protege llevándose lo peor de las tormentas espaciales, sin embargo la energía que se desliza a través de sus grietas, a veces, es suficiente para causar problemas en los satélites, comunicaciones de radio y sistemas de energía.
El viento solar es una corriente rápida de partículas cargadas eléctricamente (electrones e iones) soplado constantemente desde el Sol. Este viento racheado puede disparar mil millones de toneladas de gas electrificado al espacio a millones de millas por hora durante los eventos solares violentos, como las eyecciones de masa coronal (CME) .